jueves, 31 de marzo de 2011

El telón

Se encienden las luces y me miras tras tu mata de pelo, extrañamente peinado para la ocasión. Pierdo constancia de lo que hago y haré en esos dulces momentos de encuentros visuales, de tiernas sonrisas, de temidas caricias. No te he dicho nada de lo que pienso, pero sé que tú lo presientes, por las cuidadas frases que me dedicas, preocupándote por mí, buscando mi bien, ahuyentando mi mal. Ojalá supieras que con un simple abrazo mi dolor se iría en el acto. Mas no, hay mucha gente, muchos ojos acusadores siguiendo mis pasos. ¿Por qué dejamos que el amor sea controlado por lo que los demás opinen, y no por nuestros sentimientos de verdad? 
No sé cómo he tardado tantos años en darme cuenta de tu belleza, de lo que vales. Hemos crecido juntos y aquí estamos, hablando entre nosotros, ajenos al mundo que nos rodea, solo tú y yo. De pronto te acercas, mi corazón empieza a acelerarse. Tus manos se aproximan a las mías y entrelazas nuestros dedos.

Soy feliz. Me siento eufórica, especial... y dominada por lo que nunca había sentido antes. Eso que llaman amor.

Pero las luces se apagan, y cae el telón. Con él mis sueños, mis esperanzas. El amor...


lunes, 28 de marzo de 2011

No puedo

No puedo seguir mirando como decaes. No puedo ver tu agonía, ya superada creía. No puedo soportar  tal belleza plasmada en unas cuantas líneas marcadas de penas y alegrías, que con una simple palabra describas exactamente el momento y tus sentimientos. No puedo... Es difícil de explicar, mas me gustaría pensar que por lo que yo he tenido que pasar no sea ahora tu pesar. Por el momento no puedo querer, pero, por favor, no dejes de componer. Quizás para otra mujer, que más agradecida y menos idiota ha de ser que la que tiene el alma rota al leer cada uno de tus versos. Eso se llama talento y, créeme, que no te miento...


domingo, 13 de marzo de 2011

pesimismo

¿Y si yo hubiera estado? ¿Habrían cambiado las cosas? Ven, luz maldita, ven y revélame el destino. Ven, y enséñame el pasado y el futuro, ven y muéstrame el dolor. Que una astilla ha conquistado mi alma, se está pudriendo, y la boca del mudo me insulta y se burla de mi pesar. De la condena de portar las semillas del árbol que nunca madurará. Que la semilla negra en las cenizas no puede crear belleza.