viernes, 7 de enero de 2011

para ti

Porque nuestra historia es difícil de contar. Hace solo unos pocos años que te conozco, que sé de tu existencia, pero hemos vivido ya tantas cosas que has conseguido ser parte de ese mural de gente a la que quiero tanto. Quizás para ti no sea mucho, pero créeme, te puedo afirmar con toda convicción de que así es.
¿La primera vez que te vi? No podría asegurarte que lo recuerde. Adivinaría el año, el mes e incluso el día. Un martes, a mi entender. Pero en mi cabeza no quedó grabado lo que pensé al verte. Yo solo estaba asustada y evité entablar mucha conversación el primer día. Aun así, ese año cambiaron las cosas para mí. Únicamente eras un compañero más de clase, que junto a otra más hacíais el dúo cómico. Me hiciste las horas menos largas indirectamente. ¿Quién hubiera dicho que ahora nos llevaríamos tan bien?
El segundo año, comenzando una nueva etapa. Ahí si que me marcó tu influencia. Comenzaste a ser un buen amigo con el que pasarlo bien, reírnos en clase, contarte mi vida... sobretodo superficialmente, pero se asentó una amistad que poco a poco fue creciendo. Hasta el tercer año, donde ya nos conocíamos, cuando sabía cómo actuabas, cómo reías, lo que te gustaba, lo que te discustaba... En el que comencé a llamarte "mejor amigo", porque sabía que podía contar contigo, que en cualquier momento de derramar lágrimas tú estarías ahí a mi lado. Teníamos (y tenemos) mucha confianza, ¿y cómo no? Si para mí eres como un hermano.
Porque ahora eres un imprescindible para mí,  no sé qué haría yo sin verte sonreír, porque tu sonrisa consigue sacarme una a mí, con las dificultades que eso tenga. Sabes cómo alegrarme y percibes, por el mínimo gesto en mi expresión, si estoy triste. No cambies, por favor, eres único.
Espero que te guste esta breve entrada, sabes que mereces miles de folios con agradecimientos por cada momento que pasamos juntos pero, ¿qué le voy a hacer si ya sabes cuánto te quiero?

No hay comentarios:

Publicar un comentario